Él. Ella
La vida son retos.
Él descuelga el teléfono y dice, «me roban el tiempo que tengo. No tengo tiempo. Tengo que encontrarlo, hagamos algo». Ella, al otro lado, sorprendida por la llamada, deja lo que tiene entre manos y se dispone a escuchar a esa voz que ni siquiera le ha dicho hola.
– ¿Para recuperar tu tiempo? Pareces Proust, dice ella.
– No. Sí. No. Bueno, sí.
– ¿Si? ¿no? Tú dirás. Estás teniendo el típico ataque de pánico tonto. [ojo, que no he puesto coma]
– En realidad necesito hacer algo para sacudir toda la pereza mental y crecer a nivel profesional. Y perderle miedo al paro. Necesito intentarlo. Algo bonito, algo ágil, útil, algo que me haga sentir vivo.
– ¿La típica crisis de los 40? ¿Ya?
– No. La típica página web en la que enseñar a la gente lo que sabemos, lo que hacemos y hasta dónde podemos llegar. Y todo de una manera menos típica que los demás.
– Ajá. Déjame pensar.
Cuelga, se dispone a hacer la comida y de pronto piensa. SugarFree. No suena mal.
Y el mundo se pone en marcha. Y ese día sonaba así.
Reuniones, libretas, bocetos, borrajetas. Él y sus cafés, Ella, té con pistacho, una idea, cero ideas. Inconvenientes, ganas. Nombres. Un darle forma a esto que no termina de ser nada, un quiero algo fresco, un tú te encargas, un vamos por aquí, un no va a funcionar. Un como mola y un puñado de ganas repartidas por varios escenarios de Madrid, que poco a poco han ido dando forma a esta página en la que estás ahora.
Un viaje no sabemos hacia dónde, ni de cuantos, pero que esperamos que sirva, al menos, como experiencia. Y todo lo demás será bienvenido.
Como lo eres tú, que has llegado hasta aquí. Gracias por leernos y hasta muy pronto.
La vida son retos. Y SugarFree es uno de los nuestros.